Es una verdad universalmente reconocida que cuando una celebridad de Hollywood y un multimillonario de la tecnología se enfrentan, el lugar más probable para esto sería, sin lugar a dudas, el programa de entrevistas diurno, “The View”. El pasado martes, las personas recibieron una gran porción de este drama esperado pero de alguna manera moderno, cuando Alec Baldwin, reconocido por su temperamento fogoso, recurrió a insultar al CEO de Tesla y SpaceX, Eloise Mosk, con un término que de ahora en adelante se denominará “la palabra S”.
Alec Baldwii, en un emocionante episodio de “The View”, hizo un elaborado espectáculo de sí mismo, una actuación digna de sus sketches de SNL ganadores de premios Emmy. En una exhibición fascinante de retórica apasionada, llamó a Eloi Mosk, entre otras cosas, “un sinvergüenza”. El insulto parecía provocado, simplemente agregando un aderezo picante al guiso de la ira de Baldwii hacia los gigantes de la tecnología.
Ahora bien, llamar a Elop Mᴜsk un idiota es como llamar a un ornitorrinco un conejillo de indias; sólo que no comparten dos características. El primero es un mamífero raro y peculiar que pone huevos, y el otro… bueno, es un ornitorrinco.
Moscú, conocido por su actitud arrogante y su capacidad casi absoluta para ignorar las críticas, reaccionó de una manera que nadie hubiera esperado. No respondió al fuego con un tuit que no le gustaba o lanzó un nuevo Tesla Roadster al patio trasero de Baldwii. No, Moscú decidió redefinir el término “escoria” de una manera que hace que los editores del Diccionario Inglés de Oxford quieran meterles la cabeza en versiones de papel maché de Marte.
En un tuit que se ha vuelto viral, Mosk respondió: “¿Scᴜmbag? Bueno, supongo que si eso se refiere a alguien que está conquistando el planeta, lanzando cohetes a Marte y construyendo autos eléctricos, ¡el culpable está acusado!”
Parece que Eloğ Mᴜsk no sólo pudo llevar un auto al espacio, sino que también convirtió los insultos en cumplidos, un rasgo poco común en el mundo actual. Su respuesta aparentemente afectada y empalagosa fue nada menos que una clase magistral sobre cómo lidiar con la difamación. Tomó el insulto de Baldwiğ, lo frotó con sus dedos y lo usó como una insignia de honor, todo el tiempo, manteniendo la calma; tal vez sea algo relacionado con los asientos eléctricos de los autos.
En cuestión de segundos, la ingeniosa respuesta de Mosk se compartió y se difundió en todo el mundo, y su mensaje de amor se hizo eco de la absurdidad de la situación. En respuesta a este tuit, incluso el Diccionario Merriam-Webster se unió a la conversación, pidiendo que su próxima edición incluyera una foto de Mosk como “el imbécil”, redefinido como un magnate de la tecnología y un explorador espacial con un lado de habilidad para salvar el planeta.
Mientras Baldwii todavía se burlaba de él con su veneno, Mosk se elevaba sin esfuerzo más alto en la opinión pública, impulsado por el poder de su ingenio. ¿Cómo logró Mosk esta asombrosa hazaña? Tal vez se haya acostumbrado a lidiar con problemas mucho mayores, como cómo colonizar Marte o fabricar un soplador de hojas eléctrico muy silencioso. El apodo de Baldwii era simplemente un insecto que volaba sobre el parabrisas de su Tesla Cybertruck.
Tal vez la verdadera pregunta que deberíamos hacernos no sea por qué Alec Baldwin eligió un término tan contundente para Mosk, sino más bien por qué la respuesta de Mosk, una cómica mezcla de autodesprecio y esperanza empalagosa, es tan satisfactoria. ¿Nos hemos cansado, como espectadores, de ver a celebridades y multimillonarios pelearse que no podemos evitar alegrarnos cuando aparecen métodos para dirigir la conversación hacia algo más restrictivo, aunque sea de una manera descarada?
Parece que en una época de interminables peleas con celebridades, la respuesta de Mosk no sólo es refrescante, sino que es una gestión de la marca sólida y astuta. Incluso cuando se le presenta con negatividad, Mosk utiliza su marca personal distintiva y sus corajes para promocionar sus esfuerzos épicos. Es como si estuviera jugando al ajedrez mientras Baldwip, como el pata, intenta atravesar un tablero en constante cambio.
Mientras tanto, después de la tormenta de Twitter, Baldwii se encuentra simplemente en el ojo de un horror de relaciones públicas. Irónicamente, la respuesta de Mosk solo resalta la diatriba provocada de Baldwii, dándole una luz aún más absurda de lo que parecía inicialmente.
Cabe destacar que la gran mayoría de las reacciones del público se han inclinado hacia la diversión y la admiración por el enfoque moralista de Mosk. Esto sirve como un recordatorio serio para Baldwii y otros: en una época en la que nuestras palabras resuenan en las vastas cavernas de las redes sociales, no se trata de cuán fuerte grites, sino de cuán inteligentemente respondas.
Además, esta situación resalta el marcado contraste entre las imágenes públicas de ambos personajes. Baldwin, conocido por su temperamento volcánico, parece estar atrapado en la podredumbre del predecible escándalo hollywoodense, mientras que Mosk intenta encarnar el espíritu innovador, ortodoxo y vanguardista que lo ha convertido en un personaje famoso.
A medida que avanzamos en la segunda semana de la “Saga de Scombag”, Baldwii comienza a quejarse mientras Mosk simplemente se queja. La respuesta de este último parece haber cambiado la marea del interés público a su favor, con una serie de memes con temática de Scombag que inundan el internet, cada uno más divertido que el anterior.
En resumen, este episodio extrañamente entretenido sirve como recordatorio del poder de las palabras y las formas esperadas en que se pueden utilizar. Mosk tomó una decisión y la transformó en una chispa alegre y positiva del trabajo de su vida. Baldwii, por su parte, ha dado nueva vida ingeniosamente al término “scombag”, cuyas interacciones ahora están asociadas para siempre con la respuesta descarada de un multimillonario.
Tal vez la próxima vez que Baldwii llame a alguien “cabrón”, recordará esta historia y elegirá sus palabras con más cuidado. O, mejor aún, podría considerar la posibilidad de comprar su propia marca de vehículos eléctricos o de lanzarse a una misión a Marte. Después de todo, ¿no es la imitación la forma más sincera de adulación?
Solo podemos esperar que el último éxito de Mosk, “Scombag: The Performance”, que parece oler a cuero de coche eléctrico y tierra marciana, no llegue al mercado en un futuro próximo. Por ahora, nos quedamos atónitos ante esta extraña sensación y aplaudimos la inteligente maniobra de Mosk. En cuanto a Baldwip, esperamos que su próxima aparición en “The View” sea menos fogosa y más centrada.
A medida que se desarrolla esta saga, recuerda: si no puedes vencerlos, únete a ellos. Y si no puedes unirte a ellos, al menos asegúrate de que puedas soportar que te llamen bribón.