Gigi Hadid se encuentra en el centro de una posible disputa con su ex amiga Suki Waterhouse, desatada por los recientes comentarios que Suki hizo sobre su ruptura con el actor Bradley Cooper. La tensión surge porque Gigi, de 29 años, está actualmente en una relación romántica con Cooper, de 49 años, una conexión que se vinculó por primera vez en octubre pasado y desde entonces ha florecido, con la pareja vista junta en varias ocasiones.
Suki Waterhouse, que salió con Bradley entre 2013 y 2015, habló sobre su relación anterior en una entrevista reciente con la revista British Vogue, describiéndola como un momento “oscuro y difícil”. Al reflexionar sobre el costo emocional de su separación pública, señaló: “Debo decir que soy bastante fuerte en este momento, pero cuando te sucede algo muy público y la historia detrás es oscura y difícil… eso es muy aislante y desorientador”. Sus comentarios sinceros revelan las dificultades que enfrentó durante ese período, enfatizando cuánto tiempo le llevó aceptar la experiencia.
Suki habló de sus relaciones pasadas y describió sus experiencias a los 20 años como arraigadas en gran medida en la “fetichización”. Expresó una sensación de desilusión, afirmando: “Tus 20 años son bastante sádicos… El amor que experimenté [en ese entonces] fue solo una fetichización, y creo que cuando solo te aman de esa manera, solo recibes castigo”. Estos comentarios resaltan las complejidades del amor joven y los desafíos emocionales que puede traer consigo, particularmente cuando se convierte en un tema de escrutinio público.
Sin embargo, la reacción de Gigi a las revelaciones de Suki parece ser poco favorable. Según algunas fuentes, Gigi está “furiosa” por los comentarios de su ex amiga sobre Bradley, y siente que las reflexiones de Suki invaden su relación actual. Una fuente cercana compartió: “Se han peleado y no hay indicios de que las cosas vuelvan a ser lo mismo para ellos. Gigi está totalmente del lado de Bradley y está tomando esto como su propia causa. No está dispuesta a dejar que esto pase”. Esta declaración sugiere que Gigi es profundamente protectora de su relación con Cooper y percibe los comentarios de Suki como una traición.
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Para echar más leña al fuego, los informes indican que Bradley Cooper está considerando seriamente casarse con Gigi. Una fuente cercana reveló: “Bradley ya ha decidido que le va a pedir a Gigi que se case con él. Esto ni siquiera es una pregunta. Hablaron de familia y matrimonio al principio de su relación”. Estas noticias indican que la pareja no solo está disfrutando de un romance casual, sino que está sentando las bases para un compromiso a largo plazo.
En contraste con la indignación que se dice que siente Gigi, algunos expertos han defendido a Suki, afirmando que “Suki dijo la verdad. Si a Gigi no le gusta, es su problema”. Esta perspectiva subraya la idea de que Suki tiene todo el derecho a compartir sus experiencias y emociones, independientemente de lo que Gigi sienta al respecto.
Por otra parte, Suki ha seguido adelante con su relación con Bradley y actualmente mantiene una relación con el actor Robert Pattinson, con quien tuvo una hija este año. Describió a Pattinson como un compañero que la apoyó durante su transición a la paternidad, afirmando: “Estuvo allí conmigo y, como todos los padres, estaba muy nervioso… pero para alguien que es una persona bastante ansiosa, ha estado muy tranquilo”. Sus comentarios positivos sobre Robert sugieren que ha encontrado felicidad y estabilidad en su nuevo capítulo de vida.
A medida que se desarrolla la dinámica entre Gigi, Suki y Bradley, queda claro que esta situación pone de relieve las complejidades de la amistad, el amor y la percepción pública. Gigi Hadid, conocida por su carrera como modelo y sus relaciones de alto perfil, ahora se enfrenta al desafío de gestionar las conexiones personales mientras está en el ojo público. Su vínculo con Bradley Cooper ha despertado una importante atención de los medios, en particular a la luz de los recientes comentarios de Suki, que han introducido una nueva capa de tensión.
La historia que se desarrolla plantea preguntas sobre la lealtad y las complejidades de las relaciones pasadas. Las reflexiones de Suki Waterhouse sobre su tiempo con Bradley resaltan las consecuencias emocionales de las rupturas, mientras que la defensa que hace Gigi de su relación con él ilustra los instintos protectores que a menudo surgen cuando está en juego un nuevo romance.
A medida que ambas mujeres recorren sus respectivos caminos, resulta evidente que sus experiencias, aunque entrelazadas entre sí a través de Bradley, también son profundamente personales. La antigua amistad de Gigi y Suki, ahora tensa, puede servir como recordatorio de cómo las relaciones pueden evolucionar y cambiar, en particular ante nuevos intereses amorosos y sentimientos no resueltos del pasado.
En definitiva, el futuro de la amistad entre Gigi Hadid y Suki Waterhouse sigue siendo incierto, ya que cada una de ellas forja su propia identidad y su propia vida. El romance de Gigi con Bradley Cooper parece estar consolidándose, con un posible matrimonio en el horizonte, mientras que Suki sigue abrazando la maternidad y su relación con Robert Pattinson. En este panorama de relaciones en constante evolución, será fascinante ver cómo se desarrollan estas dinámicas ante el ojo público y si los lazos de amistad pueden soportar las presiones del amor y la fama.
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