En un giro dramático que ha causado conmoción en Hollywood, el actor Dennis Quaid ha anunciado que retirará su programa exclusivo de ABC, comparando a la cadena con un barco que se hunde y que no está dispuesto a dejar que se hunda. La salida de Quaid, anunciada con una mezcla de duras críticas y resignación, llega en un momento en el que ABC se enfrenta a una reacción negativa sin precedentes por sus controversias políticas y la caída de su audiencia.
“ABC solía ser el modelo a seguir de la televisión”, afirmó Quaid en una mordaz declaración pública. “Ahora es sólo un barco que se hunde y yo tengo mejores cosas que hacer que mantenerme a flote mientras se hunde”.
La medida, aunque sorprendente para algunos, solo ha alimentado el creciente debate sobre si ABC ha perdido su rumbo en medio de peleas políticas, caídas de los índices de audiencia y su lucha por mantener a los grandes talentos unidos a su barco que se hunde.
Según se informa, el programa de Quaid, ahora cancelado, una serie dramática sin nombre que iba a ser el próximo gran éxito de ABC, se encontraba en una etapa avanzada de preproducción cuando el actor decidió cancelarlo. Los expertos sugieren que Quaid se sentía cada vez más frustrado con la toma de decisiones de ABC, tanto en su programación como en su manejo de las controversias recientes.
El punto de inflexión, al parecer, fue la muy criticada gestión de los debates presidenciales por parte de la cadena ABC, en la que se acusó a los moderadores de parcialidad y de verificar sólo un lado de la conversación. La reacción fue rápida y severa: tanto los espectadores como los expertos acusaron a la cadena de convertir un acontecimiento político en un espectáculo de edición selectiva y favoritismo.
“Fue vergonzoso”, dijo Quaid supuestamente a un amigo. “Estoy a favor de un debate sano, pero lo que hizo ABC fue básicamente tirar el guión por la ventana y convertirlo en un circo”.
Para Quaid, que siempre se había enorgullecido de formar parte de un mundo del entretenimiento de calidad, el espectáculo político era demasiado para soportar. Al parecer, empezó a cuestionar su participación en la cadena, especialmente cuando la percepción del público sobre ABC pareció empeorar de la noche a la mañana.
Aunque muchos se apresuraron a vincular la salida de Quaid con los escándalos políticos de ABC, el actor dejó en claro en su declaración que su decisión de irse no se debió únicamente a cuestiones políticas. Se trató de algo más fundamental: la integridad.
“Siempre he creído que el entretenimiento debería consistir en contar historias que importen, no en promover narrativas políticas”, dijo Quaid. “ABC solía entender eso. ¿Ahora? Parece que cada programa, cada contenido, tiene que pasar por un filtro político antes de recibir luz verde”.
Las críticas de Quaid, aunque agudas, reflejan un sentimiento más amplio que ha estado bullendo bajo la superficie de Hollywood. Mientras las principales cadenas, incluida ABC, siguen enfrentándose a críticas por mezclar el entretenimiento con el activismo, los actores, productores y directores están cada vez más desilusionados con el panorama actual.
“Hollywood solía ser una gran narración de historias”, continuó Quaid. “Ahora se trata de tocar temas sensibles y generar titulares. Y ese no es el tipo de trabajo en el que quiero participar”.
La salida de Quaid se produce en un momento en el que ABC parece estar perdiendo credibilidad y audiencia. El desastre del debate presidencial fue sólo uno de una serie de errores que han plagado a la cadena en los últimos meses. Los índices de audiencia han bajado, los espectadores están dejando de ver la televisión y la percepción pública de la otrora poderosa cadena está tambaleándose.
Los anunciantes, que antes acudían en masa a la programación de máxima audiencia de ABC, se han ido retirando por todas partes, alegando preocupaciones sobre la capacidad de la cadena para mantener una audiencia neutral y diversa. El hashtag #BoycottABC sigue siendo tendencia en las redes sociales, y figuras políticas prominentes de ambos partidos han criticado abiertamente las recientes decisiones editoriales de la cadena.
Incluso los espectadores, que suelen ser fieles a ABC, están abandonando la cadena, y muchos de ellos manifiestan su frustración por el cambio de rumbo de la cadena hacia lo que consideran un contenido abiertamente político. Durante años, ABC fue conocida como la cuna del entretenimiento para toda la familia y de los programas de televisión clásicos, pero en los últimos años, según afirman los críticos, la cadena ha cambiado su imagen sana por una mucho más divisiva.
La salida de Quaid, aunque muy publicitada, podría ser el comienzo de una tendencia más amplia entre las estrellas más importantes de Hollywood. Con la reputación de ABC en caída libre, los expertos especulan que otras estrellas también podrían estar buscando el bote salvavidas más cercano.
La decisión de Quaid de cortar lazos con ABC ha hecho sonar las alarmas en Tinseltown. Durante años, ABC fue vista como una apuesta segura para los talentos que buscaban una amplia exposición y un trabajo estable. Pero en el clima hiperpolitizado de hoy, ese ya no es el caso.
“Definitivamente, existe la sensación de que ABC ha perdido el rumbo”, dijo un experto de la industria. “Solía centrarse en una gran programación. Ahora parece que se trata más de generar titulares, y no de una manera positiva”.
Quaid no es la primera estrella que abandona el proyecto. Varios actores y productores destacados han trasladado silenciosamente sus proyectos a ABC en los últimos meses, alegando inquietudes sobre el cambio de prioridades de la cadena. Si bien ninguno ha sido tan expresivo como Quaid, la tendencia es imposible de ignorar.
“La gente se está cansando de las mismas disputas políticas de siempre”, dijo un ejecutivo del mundo del espectáculo. “Y cuando un gran talento como Dennis Quaid se aleja de un contrato, sabes que algo anda mal”.
A pesar de la pesadilla de relaciones públicas que ha provocado la salida de Quaid, ABC aún no ha ofrecido una respuesta sustancial. Un portavoz de la cadena emitió un breve comunicado expresando su decepción por la decisión de Quaid, pero hizo poco para abordar las preocupaciones que planteó.
“Dennis Quaid es un talento increíble y nos decepciona que haya decidido abandonar el proyecto”, se lee en el comunicado. “Seguimos comprometidos con ofrecer una programación de alta calidad que llegue a una audiencia diversa”.
Sin embargo, para muchos, la respuesta de la cadena parece demasiado escasa y tardía. Con los índices de audiencia en constante caída y la confianza del público en su nivel más bajo, no está claro si ABC podrá enderezar el rumbo antes de que más talentos de alto perfil se marchen.
En cuanto a Dennis Quaid, el actor parece estar tomándose su marcha con calma. Según se informa, ya está en conversaciones con varios servicios de streaming para trasladar su proyecto a una nueva plataforma, donde reina la libertad creativa y las agendas políticas pasan a un segundo plano frente a las buenas y antiguas historias.
“Todavía hay mucho espacio para grandes historias”, dijo Quaid en una entrevista reciente. “Y estoy emocionado por encontrar el socio adecuado para darle vida a este proyecto. No me preocupa dejar ABC. Hay muchos otros barcos que no se están hundiendo”.
Con las plataformas de streaming en auge y más talento que nunca buscando formas de escapar de los confines de las redes tradicionales, la decisión de Quaid podría ser el comienzo de una nueva era en Hollywood, una en la que la neutralidad política vuelva a ser la piedra angular del entretenimiento.
Por ahora, sin embargo, está claro que Quaid ya no quiere seguir con ABC. Y, a medida que sus palabras siguen resonando en Hollywood, parece que está más que feliz de ver cómo la cadena sigue tambaleándose desde la seguridad de un bote salvavidas.